El Poder Personal

Autor: Lic. Oscar Anzorena | MCP, PCC

«Dominar a los demás es fuerza,
dominarse a sí mismo es verdadero poder»

Lao Tsé 

Los seres humanos poseemos inmensas potencialidades que generalmente no logramos utilizar. Esto se debe a que ignoramos nuestra fuerza interior o la forma de acceder a ella y desplegarla en toda su magnitud. Nuestro camino de crecimiento personal está relacionado con la expansión de nuestro Poder Personal y con la utilización de nuestras capacidades potenciales.

La palabra “poder” viene del latín potere, que significa “ser capaz de”. El poder está relacionado con el “poder hacer”, con la capacidad de acción y transformación, tanto sea en forma tangible y efectiva como en forma potencial. La potencialidad da cuenta de la capacidad de ampliar y expandir nuestro desempeño. Cuando decimos que una persona o una empresa tienen potencial de crecimiento, estamos reconociendo que posee un poder interno que podría desplegar bajo determinadas circunstancias.

El potencial humano está fuertemente vinculado con la capacidad de aprendizaje. Cuando alguien se declara capaz de llevar a cabo un emprendimiento, está diciendo que va a poder superar los desafíos y vencer las dificultades que se le presenten. Aprender implica poder hacer alguna acción que antes no nos era posible. Es en este sentido en que el aprendizaje está relacionado con la incremento de nuestra capacidad de acción y, por lo tanto, con la expansión de nuestro Poder Personal. Desplegar nuestra potencialidad implica llegar a ser todo lo que podemos ser y que en esencia ya somos.

Muchas veces tenemos un comportamiento fuertemente arraigado que, como nos ha acompañado por muchos años de nuestra vida, ya lo consideramos una parte constitutiva de nuestro ser, un aspecto de nuestra identidad. Es esta forma de observar nuestras conductas como componentes estables de nuestra identidad, la que nos mantiene estancados en una forma de ser. Si por el contrario, pensamos que no es que seamos de esa forma fija sino que “estamos siendo” de determinada manera, nos abrimos a la posibilidad del aprendizaje, el cambio y el crecimiento personal. Cada vez que declaramos que alguno de nuestros comportamientos ya no nos sirve o no son coherentes con el tipo de personas que queremos ser y, por lo tanto, actuamos en consecuencia comprometiéndonos en su transformación, aumentamos nuestro Poder Personal.

Cuando alguien declara “yo soy así”, o “ésta es una característica mía y no la puedo cambiar”, está declinando a su potencialidad de crecimiento y transformación, está optando por perder su Poder Personal ya sea por miedo al cambio, por comodidad o simplemente por la creencia de que no se puede transformar una forma de ser. Lo cierto es que desconocemos nuestro poder porque ignoramos el límite de nuestras propias capacidades. Shakespeare sostenía que “Sabemos lo que somos, pero no lo que podríamos ser”.